INTERRELACIONES DE CINE, LITERATURA Y PINTURA
Interrelación del cortometraje La rivière du Hibou con otras tres obras de Arte:
D) ‘Cazador’ de García Lorca y Preguntas sobre el poema y su asignación en “Hoja de Tonalidades”.
G) Comentario tentativo final.
A) INTRODUCCIÓN
Para comprender una obra artística tenemos múltiples e innumerables caminos. Uno de ellos es la interrelación de unas obras con otras de una cierta manera. Aquí se propone que se haga a través de la comprensión de su tonalidad. Para el establecimiento de la misma se requiere tener claro como están funcionando los elementos artísticos específicos de cada obra y como estos, en la obras bien construidas, son los que le dan forma coherente y configuran una significación, emoción, visión, en suma, una tonalidad global determinada con prevalencia a otra.
En principio cuatro son las tonalidades principales básicas. Figuran a continuación en la ‘Hoja de Tonalidades’ con los apartados en los que se puede anotar el título de una obra donde creamos que corresponda según nuestra experiencia. No se trata en absoluto de encasillar las obras sino facilitar la aprehensión tonal de una obra a través de un procedimiento que nos ayuda a descubrir las inmensas posibilidades de ver lo que a simple vista quizás no viésemos o de comprobar si lo que veíamos es respaldado por los elementos artísticos específicos de las obras en cuestión. Como ayuda a este respecto se proponen una serie de preguntas y comentarios a cada obra que quizás ayuden a ello. Constatado que los elementos artísticos de una obra remiten nuestra experiencia a una tonalidad principal, podremos afirmar con fundamento que una obra está en clave de esa tonalidad y no otra.
Una vez que somos conscientes a través de nuestra experiencia de como funcionan los elementos formales específicos de cada obra y como queda configurada bajo una tonalidad y no otra se puede llevar a cabo el tipo de interrelación de unas obras con otras.
Si te preguntas de donde salen estas cuatro tonalidades, imagínate que podemos representar en un hipotético mapa circular todas las experiencias humanas posibles y las ordenemos dentro de esa circunferencia en la que hay un hemisferio superior y otro inferior. Al hemisferio superior remiten todas aquellas obras que encierran una pulsión hacia el mundo de la inocencia y al inferior todas aquellas obras que apuntan a una “realidad” opuesta a ese ideal o un mundo de pesadilla. Como estas dos categorías son muy amplias, podemos subdividirlas en dos cuadrantes por hemisferio y ya tenemos las cuatro tonalidades, definidas sucintamente en la “Hoja de Tonalidades” de la página siguiente. Cada uno de estos cuadrantes, a su vez, puede subdividirse en dos subtonalidades y cada subtonalidad en tres fases tal y como se establece y ejemplifica en Las Estaciones de la Imaginación a la cual remito si deseáis tener un entendimiento detallado.
Una vez visualizado este hipotético diagrama, tal y como tenéis un poco más abajo, es mejor considerarlo como un sistema operativo del que se vale nuestra actividad mental para poder crear o captar obras de arte, seamos o no conscientes. En lo referente a la captación o recepción, si soy consciente de como los elementos artísticos configuran cada obra, percibiré a qué tonalidad principal remite. Así podré llevar a cabo la interrelación comparativa con otras tal como aquí se propone. Las ventajas o no de este proceder tendrán que ser valoradas por cada receptor. Como uno de ellos que soy, quiero decir que me lleva a experiencias insospechadas que reflejan como soy, como funciona mi mente y como estoy vinculado a la comunidad humana.
Los nombres de estas cuatro tonalidades operativas son: Romance, Comedia, Tragedia y Sátira/Ironía.