G)   COMENTARIO FINAL SOBRE INTERRELACIÓN



        En la obra de Ambrose Bierce y en la adaptación cinematográfica de Robert Enrico constatamos la poca implicación emocional del narrador omnisciente. En el relato, incluso desde el título califica la acción de ‘Suceso’. En ambas obras, su actitud es distanciada.


        De los tres capítulos de los que consta el relato literario, en el 2º capítulo, su actitud no sólo es distanciada sino también solapadamente mordaz hacia la conducta de Farquhar. En este capítulo, el narrador comenta quién es el ajusticiado y su estatus social, así como las posibles motivaciones de su decisión de intentar quemar el puente. Se nos dice al principio de este 2º capítulo que Farquhar es un “político” y  “dueño de esclavos” y que “desde el principio, un Secesionista y un ardiente luchador por la causa sureña” (2:56-59). En este mismo capítulo en su conversación con el soldado Federal, disfrazado de Secesionista se define a sí mismo como un civil y un estudioso del arte de los ahorcamientos” (2:129-130). Nos preguntamos si el solapado y astuto narrador está queriendo dejar caer que conoce bien el tema debido a su participación en linchamientos. Cuando comenta que “Circunstancias de una naturaleza imperiosa, que es innecesario contar aquí, le habían impedido unirse al servicio del valiente ejército que había luchado en las desastrosas campañas que precedieron a la caída de Corinth, y estaba muy dolido por las vergonzantes limitaciones” (2:59-66), está siendo cínico.

        Esta actitud crítica por parte del narrador parece estar reforzando su crítica contra ardientes belicistas que llevan a otros al horror de la guerra mientras ellos permanecen en sus suntuosas mansiones. La inclusión de este capítulo hace que nos preguntemos por qué este rico terrateniente, que tan cómoda posición económica y social ha conseguido a costa de esclavos, no está en el frente con el resto de Secesionistas sureños partidarios de la esclavitud, luchando contra los Federales del norte partidarios de su abolición, y sobre todo, qué otras motivaciones pueden llevarle a quemar el puente aparte de impedir el avance de las tropas Federales cuando el soldado Federal disfrazado de Secesionista en misión exploradora, que viene a pedir agua a su mansión, le incita a ello. ¿Tener una justificación ante sus compatriotas sureños si estos ganan la guerra? Además, al no haberle hecho preguntas más puntuales al soldado disfrazado y en auto-engañarse con una escapada imaginaria, no queda bien parado. Es obvio que el narrador no tiene ningún aprecio por él. Todo lo contrario.


        La inclusión de este capítulo hace que nuestros pensamientos tomen prevalencia sobre nuestros sentimientos acerca del ajusticiado. Se invita al lector a reflexionar y a juzgar acerca de otras posibles implicaciones de la conducta de Farquhar antes de que se retome, en el capítulo 3º, la continuación casi temporal del 1º cuya narrativa pasa a ser focalizada  desde el fluir mental del ajusticiado, el cual, justo antes de caer, ya ha empezado a pensar en su mujer y sus hijos y  escapar para estar con ellos cuando mira al agua y ve el tronco flotante y libre. Su manera distorsionada de percibir el tiempo del tictac del reloj (4:7-9), cada vez más acelerado, nos advierte que su mente en tensión empieza a alucinar y un cúmulo de pensamientos, que se suceden vertiginosamente en milésimas de segundo previos y posteriores al momento liminal de la rotura de sus cervicales por la soga. Esta focalización interna fija desde su mente, al igual que el título y la disposición narrativa, marcan ese tono o actitud irónicamente crítica del narrador hacia el ajusticiado. El film no incluye este capítulo (por otra parte de compleja adaptación) con lo que la crítica a la actuación de Farquhar no parece ser tan exacerbada.


        Sin embargo, ambas obras no nos engañan acerca de los pensamientos de Farquhar. Cuando el narrador cambia a la focalización subjetiva desde la mente de Farquhar es para presentarlo como despreciable ya que sus últimos pensamientos se centran en volver al bienestar propio con su mujer. Bajo este prisma la calificación de “sobrehumano” (7:32) el esfuerzo de liberación de sus manos de la soga es, más que hiperbólica, patética. A lo largo de su supuesta huida, queda patente que su esfuerzo por mantener una identidad personal y cordura es mera avaricia de vida, egoísmo y miedo. El narrador no sólo socava toda fiabilidad sobre la supuesta huida de Farquhar a través las distorsiones mentales, como que crea ver un pez que pasa por delante de sus ojos (8:38), que se sumerja para evitar una inofensiva culebra, que crea evitar las balas, proyectiles o cañonazos (4:14; 11:2; 12:1) cuando la puntería del soldado de ‘‘los ojos grises ... los más certeros’’ (9:15-20) no podría fallar. El bosque que atraviesa, supuestamente dentro de los límites de su propia hacienda, le resulta desconocido (12:12) y amenazador. Las estrellas “se agrupaban en extrañas constelaciones” (12:36-38). Los “susurros en un idioma desconocido” (12:42) son signo de incomunicación. Tampoco puede ‘‘sentir el camino en sus pies” (13:6-7). Imagina que llega a casa y su mujer le recibe con “una sonrisa de inefable alegría” (13:24). En el film, como se comentó, aparecen un cúmulo audiovisual de distorsiones que causan un efecto narrativo muy similar que socava la fiabilidad sobre la supuesta huida.


        A pesar de que la versión fílmica, como hemos visto, es genial en muchas de las visualizaciones, ritmos, encuadres, sonido, planos y demás elementos, la ausencia del capítulo 2º, acaba dando una visión argumental o tonalidad imaginativa distinta o más cercana al ámbito de la tragedia, afín al poema de Lorca o al cuadro de Goya para aquellos que consideren que las víctimas protagonistas son inocentes y dignas hasta el momento del sacrificio y que nos mueven a sentir compasión por ellas. Los pensamientos que conocemos de Farquhar a través de la focalización subjetiva no le dejan tan bien parado.  Sin embargo, para aquellos que consideren que Farquhar es criticado en el film al buscar su propio bienestar personal y no vean suficientes indicios de pérdida de dignidad sitúen la versión cinematográfica más en el ámbito de la tragedia que la sátira. Ambas obras terminan con Farquhar colgado; aunque esta desmembración nos choque emocionalmente, el distanciamiento de la voz narrativa no nos lleva a apenarnos de la misma manera que la muerte de las palomas ni la del reo que va a ser fusilado cuyos brazos abiertos claman misericordia. El texto literario es más explícito en la incriminación de Farquhar; pues, no sólo satiriza de forma solapada y mordaz su indigno comportamiento, sino que  sobre todo, con la inclusión del 2º capítulo en la estructura narrativa, deja claro la falta de toda dignidad del protagonista. Tras su muerte, el punto de vista literario no deja resquicio a compasión alguna. La solapadamente mordaz e irónicamente distanciada actitud del narrador literario nos distancia de su muerte propiciando una tonalidad imaginativa del relato en el ámbito de la ironía trágica.






A)  Introducción.

B)  “Hoja de Tonalidades” como arranque para establecer Interrelaciones entre obras de distintas Artes.

C)  La rivière du Hibou de Robert Enrico y preguntas sobre el cortometraje y su asignación en “Hoja de Tonalidades”.

D)  ‘Cazador’ de García Lorca y Preguntas sobre el poema y su asignación en “Hoja de Tonalidades”.

E)  Los  fusilamientos de la Moncloa de Fr. de Goya y preguntas sobre el cuadro y su asignación en “Hoja de Tonalidades”.

F)  Un suceso en el puente del Río Búho de Ambrose Bierce y preguntas sobre el texto y su asignación en “Hoja de Tonalidades”.

G)  Comentario tentativo final.