sonido - EFECTOS
DISTORSIONADOS
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DISTORSIONADOS
Réquiem por un sueño
En Réquiem por un sueño (2000) de Darren Aronofsky se dramatiza, en distintos momentos a lo largo del film, en la ingesta rápida de la protagonista de las píldoras para adelgazar día tras día, acompañados por una serie de sonidos exagerados que refuerzan su retumbante descenso a la adicción. Este efecto de montaje de planos cortos y rápidos da expresión a lo rápido, problemático e imparable de su caída.
Réquiem por un sueño
En La semilla del diablo (1968) de Roman Polanski, el salmódico ronroneo, procedente del piso contiguo, intencionadamente distorsionado o sordamente amortiguado que oye la protagonista desde su piso al que acaba de mudarse con su marido, crea un sentido de misterio y suspense. La salmodia que Rosemary oye y que al principio los considera ruidos extraños, producidos por la pareja de ancianos que vive allí, pronto empieza a sospechar, junto con otras pesquisas, con algo producido por algún tipo de aquelarre y que sugiere algún rito siniestro. Al final, estos recurrentes sonidos serán los que lleven a Rosemary a descubrir que su bebé no está muerto. Desde esta primera escucha de la que da cuenta el extracto, se introduce un cambio narrativo en el punto de vista: oímos lo que ella oye desde su limitada perspectiva. Sin embargo, ello nos despierta, como a ella, la curiosidad de saber quién los origina y porqué. Este deseo se convierte en la clave que esperamos que Rosemary descubra, que no será otra que la verdad de que sus vecinos forman parte de una secta seguidora de Satán y que ella no está trastornada a causa de su embarazo y parto sino que ella y su bebé han sido sometidos a una horrible y siniestra manipulación.