montaje

CONDENSADO, COMPRIMIDO, CONTRAÍDO

 

Ciudadano Kane

En Ciudadano Kane (1941) de Orson Welles, al principio de la secuencia que comienza hacia el minuto 52, vemos a Kane y su mujer, recién casados, desayunando, cercanos y atentos, espacial y emocionalmente el uno del otro. Pero subsiguientes escenarios de desayunos a lo largo de los años dan cuenta de como están cada vez más distantes y alienados. En veintisiete planos, además de varias y borrosas transiciones en barrido o swish pan que duran 133 segundos queda condensado ese paso de los años el cual da cuenta del deterioro gradual de su relación matrimonial. En el plano final la mesa del principio (01) es mucho más larga (02) y cada uno ocupan los extremos. Este extremo alejamiento se complementa cuando, cada uno para sí, lee un periódico distinto, en el caso de Emily, irónicamente, el del rival de su marido.

El montaje condensa así, la forma en que la relación ha pasado del atento cuidado de sus comienzos al más frío y hostil deterioro final. Quienes piensen en lo artificioso de la puesta en escena de este montaje no deben olvidar que es Leyland quien lo cuenta y su cínico punto de vista justifica lo deformado y caricaturesco de la misma sin merma de la verosimilitud dramática que está en manos del narrador global de omnisciencia ilimitada: los distintos planos y contraplanos son cada vez más cortos; el ligero tono de vals del comienzo se vuelve machacón y casi discordante hacia el final; las palabras de Kane han pasado de cierta condescendencia a un prepotente autoritarismo; los rápidos barridos panorámicos, las palabras sugerentes  de Emily que cabalgan de un episodio a otro por encima de los jump cuts temporales y las transiciones en barrido que pasan a ser bruscamente desatendidas expresan igualmente ese tránsito a la alienación. Todo ello, algo a lo que de manera especial contribuye a configurar el montaje condensado de años en poco más de dos minutos.

01

02